La temporada 2012/13 de la NBA ha
acabado para la inmensa mayoría de equipos y entre ellos para mi
predilecto: Boston Celtics. Se suponía que este año íbamos a
intentar un último asalto por el anillo en un proyecto al que ya se
le ve fin. No ha podido ser. Hagamos un pequeño balance de un año
con muchos altibajos y del futuro ahora mismo incierto de la
franquicia. ¿Debemos traspasar a los veteranos a cambio de figuras jóvenes o podemos aguantar con este sistema una temporada más?
El manager general, Danie Angie, hizo
un gran trabajo en verano. Es cierto que perdimos a Ray Allen por
intentar traspasarlo en la temporada anterior y a consecuencia de
esto no quiso renovar, pero se fichó como agente libre a Jason Terry
para suplirlo en la faceta de escolta tirador. Y contábamos con dos
elecciones de draft en la primera ronda: los números 21 y 22. Se
apostó por el prometedor Jared Sullinger que había caído muchas
elecciones por una posible futura operación en la espalda y el proyecto de futuro
Fab Melo, al cual se le integrado en el equipo desde el primer día, pues su juego está muy verde. Rajon Rondo lideraría el proyecto apoyado por los
veteranos Kevin Garnett y Paul Pierce, junto con la esperada
explosión de Jeff Green y la confirmación de Brandon Bass (ambos
renovados). Avery Bradley y Courtney Lee (agente libre) aportarían
defensa en el perímetro junto con Leandro Barbosa para desastacar
los partidos en anotación y Jason Collins con Chris Wilcox en la
zona. Sin un pivot de calidad otro año más, aunque la temporada pasada se
llegó a final de conferencia siendo eliminados en el séptimo partido
contra Miami Heat, que luego arrollaría a Oklahoma en las finales.
Se puede decir que fuímos el único conjunto que les dimos algo de
guerra.
No funcionó. Hasta la lesión de Rondo
que le apartó durante el resto de la campaña, el equipo ya mostró
una faceta muy irregular. Esos veteranos ya no están como para tirar
del equipo y la defensa, la auténtica arma histórica de este
equipo, solo se mostraba en contadas ocasiones. Partidos muy buenos
seguidos de mediocres. Capaces de ganar a un líder de división como
de perder contra el último de conferencia.
Y después de la lesión, aunque se
encadenaron seis victorias consecutivas que hizo que muchos nos
planteáramos la importancia de Rondo en el equipo y su incapacidad
para anotar desde lejos, la plantilla siguió en la misma tónica. No
había un base suplente que distribuyera el juego, Barbosa se lesionó
también para el resto de la temporada junto con la anunciada operación en la espalda de Sullinger a mitad de año y la posición de pivot nos hizo mucho daño a la hora de cerrar rebotes y parar a hombres grandes y fuertes rivales. Brandon Bass peligraba con
convertirse en un “Blound 2.0” (hombre grande que renueva por el
equipo después de una buena temporada y justo después se desploman
todas sus estadísticas) y se descubre que Jason Terry no es aquel
revolucionador de partidos que se esperaba.
En los últimos días del periodo de
traspasos, mandamos a Washington los contratros de Barbosa y Collins (del que hablaré
la semana que viene) a cambio de Jordan Crawford, un anotador nato
pero un pasota defensivamente hablando. Y se rescató de la liga
china a Terrence Williams, alero con posibilidad para defender a
escoltas y aleros y con capacidad para subir el balón, pero mal de
la cabeza como se ha demostrado recientemente con un escándalo de
su exmujer. Además de intentar cubrir algo más el puesto de pivot
con Shavlik Randolph, que se ha ganado la plaza para el año que
viene por sus grandes minutos en el rebote, y D.J. White, aportando muy poco.
"Por aquí no pasas" |
Se consiguió llegar a Playoffs, dónde
siempre damos guerra. Esta vez ni ante un equipo que es una auténtica
banda como New York Knicks pudimos hacer algo. Un 4-2 en contra y
dando gracias por esas dos victorias, pues la eliminatoria comenzó con un 0-3, hándicap que ningún conjunto ha remontado en toda la historia de la NBA que parecía presagiar un juego en blanco. Se paró bien a Carmelo Anthony y a J.R. Smith, pero en la pintura el problema de los rebotes, Jason Kidd fue en todo momento lo que su equipo necesitó en ambos lugares de la cancha y el cansancio de nuestros veteranos nos sentenció. Se terminó la temporada y es
hora de valorar el futuro de la plantilla.
¿Toca reconstruir o podemos esperar un
año para sanear las cuentas? KG ha ligado su futuro al del capitán
Pierce, si uno no continua el otro seguramente tampoco. Este último
no se va a retirar y muchas voces lo sitúan fuera de Boston al
comienzo de los partidos oficiales, incluída su familia que está
deseando volver a la ciudad natal del capitán, Los Ángeles. A un
equipo como Clippers les vendría de lujo por su veteranía, más
nosotros apenas liberaríamos 12 millones de las cuentas perdiendo a
nuestro capitán que lleva toda su vida profesional en el equipo. Le
queda un año más de contrato y si con esta baja sumamos
hipotéticamente la de “Big Ticket”, este seguiría cobrando al
menos la siguiente temporada aunque se retire, por lo que tampoco
ganaríamos nada. Necesitamos retener a KG un año más ofreciéndole
el puesto de ala-pivot, dónde se mueve mucho más cómodo y puede
hacer más daño y quedarnos con las cosas positivas de esta
temporada quitándonos los lastres. Green se ha ganado la
titularidad, increíble su progesión cuando el verano pasado era
operado a corazón abierto, Bradley ha sido elegido en el segundo
quinteto defensivo y tiene progesión de convertirse en el mejor
defensa del perímetro, además de crecer en ataque. Estos dos junto
con Rondo deberían liderar al equipo, con Pierce y Garnett
descansando mucho más durante la temporada para no llegar muertos a
playoffs, digamos unos 25 minutos por partido. Sullinger, el cual saliendo
desde el banco este año ha mostrado todas sus armas ofensivas y su buen hacer en defensa luchando cada balón, junto con Crawford pueden hacer mucho daño. Bass y
Terry se deberían traspasar, no han cumplido, junto con Lee si
podemos sacar algo por todos en un paquete.
Para ese puesto vacante de pivot o
apostamos por nuestra única ronda de draft de este año, el pick
16, o dejamos este para un base suplente de condiciones y buscamos un
pivot mediante trade. Al Jefferson, que comenzó su carrera en
Boston y ya se ha hecho querer, puede ser el elegido. Podría venir mediante un S&T,
mandando a Utah Jazz los jugadores que no queremos: Bass, Terry y Lee. Además "Big Al" puede presionar a la directiva de su equipo, ya que es evidente que intentarán sacar lo máximo posible de él y que no esperan que siga con ellos. Un quinteto formado por Rondo, Bradley,
Green, Garnett y Jefferson daría muchísimo juego. Y de suplentes
Crawford, Pierce y Sullinger con algún parche más. Otra apuesta
para intentar el anillo y en verano, cuando muchos acaben contrato,
empezar la reconstrucción. Por qué no soñar otra vez.
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